PIROPOS A UNA REINA...

Escrito originalmente por concepcion_dolorosa
--------------------------------------------------------------------------------



Hoy quiero soñar contigo Madre, Señora de la Amargura, hoy quiero dedicarte mis palabras a Ti, Divina Comendadora, Madre de Cristo orante, hoy quiero recordar contigo aquel lunes santo de 1995, y compartir mis vivencias y mis sentimientos con los muchos granadinos que te adoran y que ya no podrían vivir sin Tí. ¿Cómo voy a olvidar esa plaza de Santo Domingo? Esa esquinita con carnicería, cuando mi madre me llevó a ver la Hermandad del Huerto...¡Mamá ya viene el palio! grité, sin saber ni imaginar la Señora que se acercaba...Lento fue el discurrir por aquella calle, con el amplio movimiento de aquellas bambalinas sueltas, hasta que por fin el palio llegó a la plaza, "¡mira que linda es!" exclamó mi madre, y el palio siguió su curso parando un poquito más adelante, ya dentro de la plaza. Me solté de la mano de mi madre, mientras ella me decía "nene vayas a perderte", y me fuí a los pies mismos del entrecalle del palio para ver su cara. Aquel rostro me hizo soñar esa noche con Ella, ya había visto 2 palios, pero aquel era distinto, en aquel venía la Reina del cielo, iluminada por las últimas luces del día, y su rostro por la luz de la cera que orgullosa ardía por quemarse ante la la Amargura, ante la Madre del Señor del Huerto, que iba surcando las calles de Granada orgulloso de tener aquella Madre que quién la mira y encuentra ese punto perdido al que Ella mira en la meditación de su amargura, queda enamorado para siempre de Ella.
Amargura, un gran nombre en la semana santa, y en Granada la más hermosa, Amargura de Mora o de algún discípulo, o de la escuela granadina...¿qué más da? Si eres sublime, si eres la Gloria del Realejo, si has convertido la calle Santiago en un caudal de lágrimas de amargura que calman nuestra sed cada lunes santo, porque eres un grito de dolor sereno que alivia nuestro dolor, cómo sólamente Tú puedes expresar el dolor de una Madre por la injusta muerte del Hijo. Pero ahí está tu grandeza, en tu serenidad, en tu semblante dulce y meditativo, en tu expresión granadina de contemplación y aceptación de los designios divinos...Tú mirar, es el mirar de Granada, tu nariz nuestro perfume, tus labios la miel que endulza nuestras vidas...Qué regalo más hermoso nos dieron a Granada las monjitas comendadoras el día que te sacaron de aquella clausura, para que pudieras pasear por Granada, que hasta el mismo sol tendría que ocultarse porque tú iluminabas más que él...
Quédate ya siempre con nosotros Madre, no nos abandones jamás, no nos dejes sin la mirada más dulce de Granada, y déjanos llevarte orgullosos a la catedral, con tu corona de flores, que ya se encargará Granada de colocar sobre tus purísimas sienes la corona de oro forjada con mil amores, y de traerte con orgullo Coronada a tu barrio, devolviéndote así tantos favores.