Hay a veces en la vida, situaciones que te hacen estar triste,cansado,desanimado,sin ilusión por algo, descontento y toda clase de sentimientos confusos.
Es hay donde necesitamos una comunión más íntima con Aquel que produce en nuestro interior el gozo que nos fortalece en todo momento, y no solo cuando todo está bien.
El gozo es una sensación interna que no se altera por las circunstancias externas , es producido por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros.
Así podría describir las sensaciones que sentí anoche a en la hora del nacimiento de Dios.
Decidí ir a la misa del Gallo en las Comendadoras de Santiago, quería estar con El y con Ella en esa noche Santa,lo necesitaba.
Aparque en el Salón y me fui andando hasta el convento,las calles estaban solas y el frío era algo ya incomodo.Subí por la cuesta Escoriaza y al llegar arriba, repicaban todas las campanas de la ciudad, era un sonido que nunca había escuchado, algo que anunciaba que en minutos iba a pasar algo maravilloso.
Las calles del barrio solitarias,algo estaba pasando.Llegué aquel lugar donde a las 12 en punto de la noche comenzaría la ceremonia para dar gracias a Dios por ese gran misterio de la Natividad.
Abrí la puerta de la capilla y allí estaban solemnes y portentosos los titulares del Señor del Huerto de los Olivos y María Santísima entre cantos monjiles antes de comenzar la Eucaristía.
Al empezar la misa,las monjas se pusieron su capa blanca con la cruz de Santiago,¿quien me niega a mi, que las Comendadoras no son de Barrio?,si sus capas son la idea de la filas de nazarenos en Lunes Santo.Abrieron las cristaleras, para escuchar y un olor a convento, a dulces navideños impregno toda la Iglesia.
Tras la ceremonia llena de sencillez, estuve hablando con Dios de mis cosas, los mire y me marche lleno gozo,completo, realizado...
erTIRILLAS
1 comentario:
Que bonito.
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